domingo, abril 24, 2005

Los primeros años

Sri Aurobindo nació en Calcuta el 15 de agosto de 1872. A la edad de 7 años fue enviado a Inglaterra, donde pasó los siguientes años de su vida. En 1889 ingresó en Cambridge, con una bolsa de estudios concedida por la St. Paul's School de Londres, donde coronó brillantemente sus estudios con mención de primera clase. Después de haber adquirido los títulos necesarios para entrar en el servicio civil de la India, en el que no entró por haber rehusado presentarse al examen de equitación, regresó a su país y entró, en 1893, en el servicio administrativo del principado de Baroda. Aparte de su trabajo administrativo, fue nombrado profesor de francés del colegio de Baroda, y, posteriormente, de inglés. En este periodo aprendió el sánscrito y otras lenguas indias. Seguía al mismo tiempo con interés los acontecimientos políticos de la India.

La actividad política

Con motivo de la división de Bengala, en 1905, abandonó Baroda y empezó a participar abiertamente en política. Fue uno de los grandes líderes del movimiento nacionalista de Bengala, durante el trágico periodo de 1906 a 1910. Su influencia en la transformación del pensamiento y opinión de toda la India, fue muy profunda, especialmente a través del periódico "Bande Mataram".

Detenido a causa de su actividad política, en 1908 fue encarcelado durante un año en la prisión de Alipore.

El yoga

Su estancia en prisión significó un cambio decisivo en su vida. En un medio tan poco favorable, se sumergía casi de continuo en la meditación. Su vida interior y sus realizaciones espirituales pronto le llevaron a fijarse un objetivo más amplio y universal que la liberación de su país: el porvenir de la humanidad, la nueva era del espíritu y la aparición de una nueva raza humana.

Al salir de la cárcel fundó dos semanarios, uno en inglés, Karmayogin, y otro en bengalí, Dharma. Continuó durante algún tiempo sus actividades políticas, pero una noche recibió el aviso de que la Policía proyectaba realizar un registro en su despacho de Karmayogin y, para no ser detenido o deportado, fue a esconderse a Chandemagore, a pocos kilómetros de Calcuta. Aquí recibió "una orden de lo Alto" de ir a Pondicherry a donde llegó el 4 de abril de 1910.

Fue la ruptura definitiva con su vida anterior. Después de cuatro años de yoga en el silencio fundó, el 15 de agosto de 1914, una revista filosófica mensual, Arya, en la que expresaba, en lenguaje intelectual, su visión del hombre y de la Historia, del destino divino del hombre y del camino a seguir para alcanzarlo, de la marcha de la sociedad humana hacia la unidad y la armonía, de la naturaleza y de la evolución de la poesía, del sentido profundo de los Vedas, de los Upanishads y de la Gita y del espíritu y de la significación de la cultura india.

Todo ello está actualmente recogido y publicado en libros: La vida divina, La síntesis del yoga, El ciclo humano, El ideal de la unidad humana, La poesía futura, El secreto del Veda, Ocho Upanishads, Ensayos sobre la Gita, Los fundamentos de la cultura india, etc. De su obra poética merece especial mención la epopeya "Savitri".

Últimos años

Se negó a volver a la política y declinó el ofrecimiento de presidir el Congreso Nacional de la India. Ello no quería decir, como algunos han supuesto, que se hubiera retirado a alguna cima de experiencia espiritual, despreocupándose del mundo y del porvenir de la India. Su alejamiento de la política no podía tener este sentido en modo alguno, ya que el principio mismo de su yoga era no sólo realizar el Divino y alcanzar la consciencia espiritual total, sino también hacer entrar toda la vida y todas sus actividades en el campo de la consciencia espiritual y fundar la vida sobre el Espíritu.

El 5 de diciembre de 1950, Sri Aurobindo abandonó su cuerpo físico.

Sri Aurobindo sobre su propio yoga

"Comencé mi yoga en 1904, sin gurú; en 1908 recibí una considerable ayuda de un yogui y descubrí los fundamentos de mi sadhana; pero desde entonces y hasta la llegada a la India de la Madre, no recibí ayuda espiritual de nadie. Mi sadhana no se basaba, ni en aquel momento ni más tarde, en conocimientos librescos, sino en un sinnúmero de experiencias personales que fluían del interior. Pero en prisión tuve conmigo la Gita y los Upanishads; practicaba el yoga de la Gita y meditaba con la ayuda de los Upanishads; son los únicos libros en los que he encontrado alguna indicación. Los Vedas que comencé a leer mucho más tarde en Pondicherry, más que ser una guía para mi sadhana, confirmaron las experiencias que ya había tenido. De vez en cuando acudía a la Gita para esclarecer una pregunta o una dificultad, y generalmente encontraba una ayuda o una respuesta."

El yoga de Sri Aurobindo

La mayoría de los métodos de yoga conducen al Más Allá, al Espíritu, y finalmente, fuera de la vida.

El de Sri Aurobindo, en cambio, se eleva hacia el Espíritu para descender de nuevo enriquecido y volver a traer a la vida la luz, el poder y la beatitud del Espíritu, que la transformarán.

Según Sri Aurobindo, la existencia actual del hombre en el mundo material es una vida en la Ignorancia, fundada en el Inconsciente; pero incluso en esta oscuridad inconsciente, se hallan escondidas la Presencia y las posibilidades del Divino. El mundo creado no es un error, ni una vanidad de vanidades, ni una ilusión de la que el alma deba librarse para volver al cielo o al Nirvana, sino, al contrario, el escenario de una evolución espiritual en la que a partir de la inconsciencia material, debe manifestarse progresivamente la Consciencia divina en todas las cosas.

La mente es la etapa más elevada alcanzada hasta ahora en la evolución; pero no es la más elevada que pueda alcanzarse. Por encima de ésta se encuentra la Supermente o Consciencia de Verdad eterna que es esencialmente la luz y el poder del Conocimiento divino. La mente es una ignorancia que busca la Verdad; la Supermente es un Conocimiento que existe en sí mismo y que manifiesta armoniosamente el juego de sus formas y de sus fuerzas. Sólo con el descenso de esta Supermente será posible el advenimiento de la perfección soñada por todo aquello que es grande y elevado en la humanidad.

Abriéndonos a una consciencia divina superior, es posible elevarse hasta ese poder de luz y beatitud, descubrir nuestro verdadero yo, permanecer en unión constante con el Divino y hacer descender la Fuerza Supramental, para que transforme la mente, la vida y el cuerpo.

Realizar esta posibilidad, que Sri Aurobindo llama con justicia "la vida divina", es la meta dinámica del yoga de Sri Aurobindo.

"Si es cierto que el Espíritu está también sumido en la Materia y que esta Naturaleza aparente es en realidad Dios escondido, es evidente que la manifestación del Divino y la realización de Dios en el interior y en el exterior, son la meta más elevada y más legítima para el hombre sobre la Tierra."